En esta parte del planeta la carretera es una línea recta de asfalto construida sobre un talud artificial de unos 3 m de altura de forma que al quedar por encima de la llanura tienes una magnífica visión de la flora y la fauna del lugar, exuberante por otra parte. Y si estamos hartos de asfalto nos metemos por una pista que lleve a un pueblo, que los hay muy bien arreglados con casas pintadas de colores y otros olvidados y perdidos en el tiempo.

Las ciudades solo nos interesan para comprar recambio o cosas que necesitemos, para eso entramos en Omsk y fuimos al Apto Motorcicle de la ciudad, donde fuimos atendidos de maravilla por un equipo de gente con ganas de agradar y a base de un poco de ingles y el traductor de Google conseguimos lo que necesitábamos. Venden motos y accesorios, pero fundamentalmente Quads que son mucho más útiles en un lugar que están a -45 grados durante 5 meses de invierno.

En la carretera encontramos todo lo demás que necesitamos, moteles, mucho mas baratos que en la city, cafés para comer algo, muy bien de precio, colmados bien equipados, gasolineras que tienen bastantes cosas y gente con ganas de saber que hacen dos tíos con unas motos que no han visto en su vida.

Hay bikers que nos paran en la carretera, hoy un ruso de Vladivostok que habia ido a ver superbikes a Moscu y regresaba a su casa, que nos ha dado su teléfono y dirección y buena información de la ruta. Sobre todo rusos pero también alemanes y algún inglés. Y en los moteles te encuentras con viajeros en camión, coche, moto o bici con los que siempre hay algo que comentar. Y hoy hemos estado charlando un rato con unos ingleses que llevan una de las ambulancias del rally Mongolia y se dirigen alli. Las motos hoy han petardeado durante casi 600 km. Estamos a las puertas de Novosibirsk.